La costa brasileña es conocida por sus vibrantes y populosas ciudades balnearias. De hecho, casi el 80% de la población reside en la franja costera, conformando enormes metrópolis cerca del mar. Sin embargo, la vasta extensión del litoral deja lugar a maravillosas playas desérticas, donde la naturaleza virgen conforma un escenario inmejorable para el descanso profundo y el ecoturismo. Generalmente, son playas que requieren largas caminatas para su acceso, por lo que llegar a ellas es ya una experiencia inolvidable. Si te gusta la aventura, descubre las mejores playas despobladas de Brasil y disfruta de un entorno paradisíaco completamente para ti.
Las mejores playas desiertas de Brasil
Playa do Sancho en Fernando de Noronha, Pernambuco
Considerada una de las playas más hermosas de Brasil, la Bahía o Playa do Sancho en el deslumbrante archipiélago Fernando de Noronha tiene su principal encanto en su paisaje intacto. Tranquila y solitaria, la Playa do Sancho es accesible tras una larga travesía de aventura que incluye descender por una escalera de metal incrustada en un agujero entre las rocas. Arribar finalmente a la playa es como descubrir el paraíso: aguas turquesas con corales y delfines, vegetación salvaje y majestuosos acantilados en un solo lugar.
Cachadaço en Trindade, Río de Janeiro
Tanto las líneas de ómnibus como el automóvil dejan al turista a unos 25 minutos de caminata de esta magnífica playa fluminense. Piscinas naturales entre las rocas, una extensa franja de arena fina y serenidad asegurada son los principales atractivos de la Praia do Cachadaço, a la que se llega por un sendero desde la Praia do Meio.
Tambaba en Conde, Pernambuco
Considerada una de las playas nudistas más bonitas del planeta, este paradisíaco rincón de Pernambuco se encuentra aislado por grandes muros de roca que aseguran privacidad y tranquilidad. El maravilloso paisaje se compone de grutas y piscinas naturales de coral. Pionera en el turismo naturista oficial de Brasil, Tambaba es accesible desde la carretera PB-08.
Caburé en Barreirinhas, Maranhão
Pequeña aldea pesquera con aguas tanto bravas como mansas, la playa de Caburé es uno de los tesoros mejor preservados de la costa de Maranhão. Se trata de una barra de arena blanca entre el Rio Preguiças y el Océano Atlántico, un verdadero refugio que ofrece baños de agua dulce y salada, así como pintorescos chalets para pernoctar y pequeños locales gastronómicos. Solo se puede llegar en vehículos todoterreno, ya que no hay carreteras que lleguen a la villa. También se puede llegar en barco desde Barrerinhas, en un viaje de unas cinco horas.
Riacho Doce en Itaúnas, Espírito Santo
El “riacho dulce” que da nombre al lugar también le imprime su carácter especial al paisaje. Las aguas oscuras del riachuelo contrastan con las olas verdes del mar brindando un panorama natural excepcional donde no faltan las dunas blancas y las formaciones de coral. De aspecto rústico y casi deshabitada, la playa de Riacho Doce no es de acceso sencillo: desde la villa de Itaúnas, son diez kilómetros a pie por la playa y 17 kilómetros en auto (con guía) por un camino de tierra entre bosques de eucaliptus.
Praia do Cedro en Ubatuba, San Pablo
Tras una hora de caminata desde la Praia da Fortaleza se llega a la paradisíaca Praia do Cedro, donde se preservan innumerables riquezas ecológicas en su frondosa mata. La abundante vida marina de esta playa la convierte en un magnífico punto de buceo. Las tortugas, delfines y ballenas suelen acompañar a los pocos visitantes durante su estadía en este rincón de Ubatuba.
Barra dos Remédios en Camocim, Ceará
En el punto donde el Rio dos Remedios se encuentra con el mar, se extiende esta desértica playa de dunas blancas y vientos fuertes, una de las más bonitas de Ceará. Solo es accesible desde la Praia da Barrinha, en el Municipio de Barroquinha. Desde allí son 35 kilómetros que se recorren en buggy o vehículo 4x4.
Carro Quebrado en Barra de Santo Antônio, Alagoas
Las extrañas formaciones rocosas solo visibles cuando la marea está baja dan nombre a esta playa de Alagoas. El trayecto para llegar a Carro Quebrado puede realizarse a pie, desde la Praia de Barra de Santo Antônio en la Isla da Crôa, también cuando el mar desciende. Es posible arribar en auto por un estrecho camino de tierra, o en bote. Apenas algunas casitas de pescadores irrumpen el paisaje de puntas coloridas y grandes olas.
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